martes, 2 de noviembre de 2010

Pedro Fermín de 
Vargas y Sarmiento

(San Gil, 3 de julio de 1762 - ¿1810?)   
Naturalista y economista neogranadino. Educado en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Santafé entre 1776 y 1780, a partir de 1784 se convirtió en discípulo muy apreciado del sabio José Celestino Mutis en su recién establecida Expedición Botánica. Por mediación de tan ilustre mentor obtuvo sucesivos nombramientos como funcionario del gobierno en tiempos de los virreyes Manuel Antonio FloresAntonio Caballero y Góngora, y José de Ezpeleta. Mientras se desempeñaba como corregidor de Zipaquirá en 1789, en diciembre de 1791 huyó de esa población en compañía de una mujer casada dejando atrás empleo y hogar.







Nació el 3 de abril de 1758 en Bayamo (Cuba) y murió el 3 de junio de 1819 en Santafé de Bogotá. Es considerado el padre del periodismo colombiano.
Manuel del Socorro Rodríguez quedó huérfano de padre desde muy temprana edad, condición que lo obligó a trabajar en la carpintería para hacerse cargo de su familia. Sin embargo, paralelamente a la realización de estos oficios, se dedicó a estudiar juiciosamente humanidades y artes hasta que, en 1778, obtuvo el título de aptitud que más adelante le dio la posibilidad de viajar a Santiago de Cuba. Allí estuvo radicado varios años, pero en 1790 se trasladó a Santafé de Bogotá, en donde es nombrado bibliotecario público de la más importante biblioteca de la ciudad, cargo que jamás abandonó y que le dio las herramientas necesarias para convertirse en el iniciador del periodismo en Colombia.
Como consecuencia de sus inquietudes intelectuales, funda con algunos amigos la tertulia Eutropélica, de donde nace el periódico |Papel periódico de Santafé de Bogotá, primer periódico del país que habría de convertirse en el principal medio de expresión neogranadino durante seis años. El periódico nace oficialmente en 1791 y se acaba en 1797. Su dirección siempre estuvo a cargo de Manuel del Socorro Rodríguez, quien logró que en sus páginas escribieran personajes importantes en diferentes campos, desde el político ?como eje principal?, pasando por el científico.
Más adelante, en 1806, funda el periódico |El redactor de América, en el que objetivo era crear, por intermedio de él, una biblioteca americana que reuniese a los mejores y más destacados escritores criollos de la época para, así, demostrar la importancia de las letras en el futuro de un país.
Pero Manuel del Socorro Rodríguez no sólo se interesaba por las letras; también veía y creía en la importancia del comercio y de la agricultura en las colonias como asuntos indispensables para lograr cierta autonomía frente al Virreinato. Por esta razón, muchos de sus escritos estuvieron encaminados a mostrar las bondades y posibilidades de las tierras donde vivía, así como a señalar la importancia de hacer algo concreto con las herramientas que la tierra suministraba, pues creía que no se podía seguir hablando sin actuar.
A diferencia de muchos criollos, Manuel del Socorro Rodríguez no sólo comprendía lo negativo que resultaban la colonización y la invasión europeas en las tierras americanas, sino que también criticó vehementemente la esclavitud y la forma devastadora en que los españoles colonizaron y acabaron con las culturas indígenas, subrayando siempre el hecho de que era imperativo y urgente resarcir los daños mediante un redescubrimiento. Su idea era rescatar las culturas indígenas como pilares fundamentales de la nueva cultura que se estaba gestando.
Manuel del Socorro Rodríguez siempre vivió modestamente, pero, al final de su vida, su pobreza se incrementó de tal manera que se vio obligado a vivir de la caridad y a ejercer otros oficios además del de bibliotecario, entre los cuales estuvo el de miembro activo del Colegio electoral de Cundinamarca, en donde ayudó a Antonio Nariño, por lo cual estuvo a punto de ser fusilado durante el proceso de reconquista llevado a cabo por España después de la caída de Napoleón Bonaparte.

 Joaquin Camacho
Dr Joaquin Camacho ( 1.814 - 1.815), Tunja.
Patriota boyacense (Tunja, julio 17 de 1766 - Bogotá, agosto 31 de 1816). Criollo neogranadino, José Joaquín Camacho nació en el hogar de Francisco Camacho y Rosa Lago, ambos de ascendencia española, y pertenece a la generación precursora de la Independencia, formada en un ambiente de tensiones sociales y de revoluciones demoliberales a nivel mundial. Camacho realizó sus estudios de Jurisprudencia en el Colegio Mayor del Rosario, en Santafé de Bogotá. Recibió su título de abogado de la Real Audiencia en el año 1792. Contrajo matrimonio con Marcelina Rodríguez Lago y Castillo, natural de Sotaquirá. Camacho entró a formar parte de la Expedición Botánica, bajo las orientaciones del sabio José Celestino Mutis.
Realizó un importante estudio sobre "Las causas y curación de los cotos" y una Descripción de la provincia de Pamplona. Fue asiduo colaborador del Semanario del Nuevo Reino de Granada, dirigido por Francisco José de Caldas. Fue profesor de filosofía y derecho público en el Colegio del Rosario, también de economía política y hacienda. Nombrado teniente gobernador de Tocaima, en 1805 fue nombrado corregidor de Pamplona. Con sus orientaciones y oratoria política intervino en el cabildo abierto del 20 de julio de 1810. Partidario del federalismo, Camacho participó en el Colegio Constituyente de 1811, en el cual se aprobó la Constitución de Cundinamarca. También fue un notable periodista, con el sabio Caldas editó el Diario político de Santafé de Bogotá. Dirigió y colaboró en los periódicos La Aurora, El Argos americano y Boletín de Tunja, el cual se convirtió en el órgano oficial del Congreso. En representación de Tunja, participó en el Congreso de las Provincias Unidas en Villa de Leiva y Tunja. En 1814, con los próceres José Fernández Madrid y José María del Castillo y Rada, hizo parte del triunvirato que gobernó entre el 5 de octubre de 1814 y el 2 de enero de 1815. Perseguido durante el régimen del terror, el 31 de agosto de 1816 fue sacrificado en la plazuela de San Francisco. Tenía 50 años y estaba ciego y paralítico
jose acevedo y gomez
El Tribuno del Pueblo, así llamado porque su oratoria fue decisiva para mantener animada a la multitud que el 20 de julio de 1810 se había reunido en la Plaza Mayor de Santafé pidiendo Cabildo Abierto, bien puede representar el valor de la palabra en el nacimiento de nuestra República.
Acevedo y Gómez fue escuchado por la multitud y por los criollos reunidos en el Cabildo de la ciudad; lo escuchó igualmente el Virrey y las otras autoridades realistas presentes en Santafé. El habló y su palabra fue oída con atención pues dijo lo que requería ser expresado con claridad: los americanos tenían derecho a ser autónomos, era legítimo que decidieran  el futuro por sí mismos, debían respetar la autoridad del rey pero limitando su poder absoluto, y debían ser representados de manera genuina por diputados elegidos entre los miembros de sus propias comunidades. Fue mediante su palabra que se propuso a la multitud los miembros de la Junta de Gobierno a la que se quería dar forma y fue su palabra, convertida en escritura, la que se recogió en el Acta de lo sucedido esa noche y que hoy llamamos de Independencia.
Este hombre, la palabra, nació en Charalá en 1773. Muy joven presenció los sucesos de la rebelión de Los Comuneros y con seguridad siguió con atención el curso del juicio que se siguió contra los conjurados de 1794, hechos de los cuales salió prisionero Antonio Nariño rumbo a España. Se convirtió en comerciante y acumuló fortuna en estas actividades, lo cual pudo complementar con su afición por la lectura de los clásicos greco-romanos y españoles, libros que guardó en su biblioteca personal. Exitoso en los negociosos y hombre ilustrado, Acevedo y Gómez ganó la confianza de sus contemporáneos. Ellos lo eligieron Procurador de Santafé, esto es, defensor de los derechos de los habitantes de la ciudad; y luego, en 1808, adquirió el rango de Regidor Perpetuo del Cabildo de Santafé. Como tal expresó al Virrey Amar en septiembre de 1809 la conveniencia de organizar en Santafé una Junta de Gobierno, lo que lo convirtió en peligroso para las autoridades españolas.
En sus palabras se escuchó en múltiples ocasiones que si no se organizaba una Junta de Gobierno en la ciudad la autoridad del rey se vería amenazada por el peligro que representaba para la estabilidad del reino la posible disolución de la Junta de Sevilla. Así lo dijo en varias cartas a familiares y conocidos, así lo expresó en las reuniones políticas que se llevaban a cabo en la ciudad, así lo debió explicar la noche del 19 de julio de 1810 cuando reunidos en el Observatorio Astronómico decidieron lo que debía hacerse al día siguiente con el fin de organizar la tan ansiada Junta de Gobierno.
Y así se hizo. Ese viernes 20 de julio, desde el atardecer y hasta altas horas de la noche, reunidos en la sala del Cabildo conformaron la junta y le dieron forma a un gobierno que aunque provisional es el germen de nuestra República. Esto le costó la vida. Años más tarde, en 1817, queriendo salvarse pues estaba condenado por el sólo hecho de querer ser libre y vivir en calidad de tal, salió de la ciudad hacia las montañas de los Andaquíes donde murió. Pero su palabra quedó: la contiene el Acta de Independencia, su legado y testamento político. En ella se dispuso que se “deposite en toda la Junta el Gobierno Supremo de este Reino interinamente, mientras la misma Junta forma la Constitución que afiance la felicidad pública, contando con las nobles Provincias, a las que en el instante se les pedirán sus Diputados, firmando este Cuerpo el reglamento para las elecciones en dichas Provincias, y tanto éste como la Constitución de Gobierno deberán formarse sobre las bases de libertad e independencia respectiva de ellas, ligadas únicamente por un sistema federativo, cuya representación deberá residir en esta capital, para que vele por la seguridad de la Nueva Granada, que protesta no abdicar los derechos imprescindibles de la soberanía del pueblo a otra persona que a la de su augusto y desgraciado Monarca don Fernando VII, siempre que venga a reinar entre nosotros, quedando por ahora sujeto este nuevo Gobierno a la Superior Junta de Regencia, ínterin exista en la Península, y sobre la Constitución que le dé el pueblo.
Su palabra todavía no contempla la Independencia, la que luego incluirá y hará realidad pues firmó la declaración de Independencia Absoluta de España de la república de Tunja en 1813, pero ya en esa acta de 1810 expresa sin equívocos que la autonomía de los pueblos es el fundamento de la libertad. Sus palabras no podían ser más claras: la República es la condición de la Independencia.
Antonio Morales Galavís 
había nacido en la actual Bogota, el 6 de septiembre de 1784, ingresando a estudiar jurisprudencia y letras, graduándose de abogado. Como vimos, hizo parte de los tumultosos hechos del 20 de julio de 1810 en la capital del virreinato junto a su padre Francisco Morales Fernandez, figurando posteriormente en la Junta Suprema como Secretario de la sección de Gracia y Justicia. Cuando la reforma del Supremo gobierno en octubre de 1810, Antonio Morales fue nombrado secretario de la Junta Legislativa.
Cuando el 24 de agosto de 1811 llega el acta de independencia de Caracas, el capitán Antonio Morales y su padre llevaron a la plaza mayor la banda del batallón provincial y docenas de cohetes (voladores) para las fiestas. El 15 de octubre de 1811 parte con una expedición militar de auxilio de Ocaña, luego sabemos de él durante la campaña del Norte con el general Antonio Baraya, quien fuera derrotado por Antonio Nariño.
En Abril de 1816 cuando arribaban a la capital las tropas de Pablo Morillo, Antonio Morales figuraba en Ubaté mandando un escuadrón. Fue en esa población que el señor Francisco de Paula Santander decide retirarse a los llanos en espera de mejores tiempos. Junto a él marcha el señor Antonio Morales.
Para 1818, en Casanare tuvo una destacada actuación el señor Morales, como miembro del estado mayor. Fue designado como diputado al congreso de Angostura, junto con Francisco Antonio Zea y con los coroneles Vegara y Uribe, pero declinó el ofrecimiento.
En 1819 cuando Bolívar y Santander planeaban la última parte del Paso de los Andes, Santander era jefe de la división de vanguardia, siendo el coronel Pedro Fortoul, jefe del Estado Mayor y el Teniente Coronel Antonio Morale, subjefe. Triunfando las tropas libertadoras en Gámeza, el 11 de julio, Morales fue enviado, con el rango de Coronel junto a su homónimo Fortoul para que insurreccionasen las provincias del Socorro y Pamplona.
En 1820, mes de noviembre, parte junto al Teniente Coronel Jose Moles, a anunciar en Quito los Tratados de Armisticio y Regularización de la Guerra, que Bolívar había firmado con Morillo, para demarcar la línea divisioria. En ese territorio hubo de cumplir esta delicada labor diplomática, encontrándose con que la Provincia de Guayaquil, dependiente del Perú, no estaba incluida en el armisticio; hubo que esperar hasta el triunfo de Pichincha y la presencia de Bolívar para finiquitar este asunto. En territorio ecuatoriano se convirtió en la mano derecha de Antonio Jose de Sucre; de la comandancia general de Guayaquil pasó Antonio Morales a la jefatura de Estado Mayor de la División del Sur. En ejercicio de tal cargo combatió en la batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822 . En 1823 es ascendido a General de Brigada y lo confirmó como Comandante General de Guayaquil.
Dos años más tarde es nombrado Ministro Plenipotecario cerca del gobierno de Guatemala, gestión que cumplió hasta noviembre de 1829, llegando a Guayaquil en febrero de 1830 
Cuando el Ecuador se independizó de Colombia, don Antonio Morales fue el ministro de guerra del presidente Rocafuerte. Vienen después varios años de los cuales no poseo documentación. Solo sé que hasta 1845 dejó el Ecuador y pasó a radicar se en Panama, en la población de Penonomé.
El 20 de julio de 1847 fue inscrito como General de la Nueva Granada, comandando las fuerzas militares de Panamá y, en cuyo cargo le sorprendió la muerte el 8 de junio de 1852.

CAMILO TORRES TENORIO

(Popayán 1766 – Bogotá 1816)

El Verbo de la Revolución, nombre con el que también se le conoció a Camilo Torres Tenorio, es uno de los personajes claves del movimiento independentista de nuestro país. Desde su conocido Memorial de Agraviosescrito en 1809 y titulado originalmente Representación del muy ilustre cabildo de Santafé a la Suprema Junta Central de España, en el que planteaba el descontento por la desigual participación política de los criollos frente a los peninsulares y su insistencia en que el Nuevo Reino de Granada al igual que las provincias españolas se declarara soberana, se convirtió en uno de los próceres de la independencia.  
Camilo Torres Tenorio nació en Popayán el 22 de Noviembre de 1766. Tras vivir en diferentes zonas del occidente del virreinato de la Nueva Granada, llega a Santa Fe a los 22 años para continuar sus estudios en el Colegio del Rosario, empezando una agitada vida política que lo llevaría a convertirse en uno de los próceres de nuestra independencia.
El primer hecho que relaciona a Camilo Torres con el  ambiente político que se vivía en la Nuevo Reino de Granada, tuvo lugar cuando tras la Traducción de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, hecha por Antonio Nariño (Santafé, 1793), lo que originó el cierre de la Tertulia El Arcano Sublime de la Filantropía, la cárcel y el exilio para algunos granadinos y un proceso seguido contra varios alumnos del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, entre los que se contó a Camilo Torres. Allanada su biblioteca, se encontraron gran cantidad de libros en francés que fueron llevados para que la Inquisición los analizara.
En 1808 cuando Napoleón impone en el trono español a su hermano José y la noticia llegó al Virreinato de la Nueva Granada el 14 de enero de 1809, Camilo Torres se opuso, y lo manifestó en diferentes espacios. Torres proponía seguir el ejemplo de las provincias españolas que se proclamaron soberanas para apoyar al rey Fernando VII (y no para revertir su autoridad), posición que aún sostenía el 20 de julio de 1810. El 19 de abril de 1809 corrió la noticia falsa de la retirada de Napoleón de España, y en la Nueva Granada se levantó un grito unánime de ¡Viva Fernando VII!.
El 12 de junio de 1809 se celebró una misa solemne ofrecida por el cabildo antes de las elecciones de representantes del Nuevo Reino en las Cortes de Sevilla, suprema autoridad legislativa; en la terna de preselección de los santafereños se encontraba Camilo Torres. Fue electo Luis Eduardo Azuola, y Camilo Torres quedó como asesor del cabildo santafereño. Desde esta posición Torres escribió su célebre "Memorial de agravios", como respuesta del cabildo de Santafé a La Junta Central Española ante la intención de permitir la presencia de americanos en la Junta, pero en un número irrisorio. En el Memorial, Torres expuso las quejas de los neo-granadinos. Sin dejar de alabar a la autoridad española, criticó su política y exigió la igualdad de derechos políticos para criollos y peninsulares; expuso cómo el actual sistema educativo era un gravísimo error para la difusión de conocimientos y cómo España no recibía sino los beneficios que podía obtener de América, pero no oía sus males.
La crueldad de las autoridades españolas en la colonia generaba un proceso de inconformidad tal, que se produjeron varias manifestaciones de rebelión. El 13 de enero de 1810 se conoció en Santafé que había sido controlada la insurrección en los Llanos Orientales y decapitados los patriotas revolucionarios José María Rosillo y Vicente Cadena. La rebelión del 7 de julio de 1810 en la villa del Socorro y los hechos del 20 de julio de 1810 en Santafé, cuando el español José González Llorente trató mal a dos criollos un viernes día de mercado, hizo que la muchedumbre reclamara cabildo abierto. Entre los cabildantes estaban Camilo Torres y José Acevedo y Gómez, el Tribuno del Pueblo, quienes firmaron el Acta de independencia de la Junta Suprema de Santafé.
Posterior a los hechos del 20 de Julio de 1810, Camilo Torres ocupó el cargo de presidente del Congreso de las Provincias Unidas entre 1812 y 1814, volviendo a ocupar este cargo entre 1815 y 1816, año en que es tomado prisionero por las tropas de Juan Sámano en julio de 1816, a los 50 años; lo remitieron a Popayán, antes de enviarlo a que lo juzgaran los tribunales del terror en Santafé, a donde llegó el 2 de octubre. El 4 fue el consejo de guerra y el 5 de octubre de 1816 fue ejecutado en el Colegio de Santo Tomás, después de serle confiscados sus bienes. Su cabeza se exhibió en la picota a la salida de Santafé, donde permaneció hasta el 14 del mismo mes, cuando Morillo permitió que le dieran sepultura por ser el día del cumpleaños del rey Fernando VII.
Antonio Nariño 
(Bogotá 1765- Villa de Leyva 1823)
Se le considera el primer traductor en Hispanoamérica de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadanopromulgada por la Asamblea Francesa en 1789. Esta traducción que apareció en Santafé de Bogotá en 1793, se convirtió en un documento fundamental para la formación de las nuevas repúblicas latinoamericanas, ya que sirvió como base para la creación de las primeras constituciones de los nuevos estados independientes. Con la traducción de este texto, Nariño le entregaba a toda su generación el arma más fuerte contra el gobierno colonial español.
Antes de la guerra de independencia, Nariño fue conocido por sus habilidades de comerciante de quina y de libros. Su biblioteca fue considerada como una de las más completas de la Nueva Granada. Entre sus libros merecen mención especial las obras de los filósofos más representativos de la ilustración: Arias Montano,  Buffon, Caracciolo, Cervantes, Cicerón, Condillac, Flórez de Satién, Alonso de Herrera, lriarte, Mirabeau, Montesquieu, Muratori, Nebrija, Quintiliano, Raynal, los Ulloa. De hecho se dice que Nariño aprendió francés leyendo a Voltaire.
La persecución de la que fue victima Nariño lo incluye en la larga lista de los mártires de la traducción. Todos sus bienes fueron confiscados y fue condenado a 10 años de prisión en España y al exilio del Nuevo Reino. En 1796 sale rumbo a España. En Cádiz pudo fugarse y desde entonces recorrió con identidad falsa varios países de Europa.  El 4 de marzo de 1979 vuelve a pisar suelo americano y con un pasaporte falso, viaja desde Coro en Venezuela hasta Santafé donde será apresado de nuevo. Su vida en la cárcel se extenderá hasta 1810. Más de una década de infortunios le costó a Nariño la traducción y edición de laDeclaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
El resto de su vida lo dedicará a la guerra de emancipación y a la construcción de los nuevos estados soberanos. En 1811 fue nombrado presidente de Colombia.  Al igual que Bolívar fue  partidario de un estado centralista. Fue un fuerte opositor a la idea de adoptar un modelo de Estado federalista copia del modelo norteamericano.  Lo que produjo tal vez la primera guerra civil colombiana que lo enfrentaría a Camilo Torres

Experiencias 


Experiencias vividas en el museo.
Tuvimos varias experiencias una de ellas fue que pudimos apreciar las diferentes culturas que tienen los indígenas, las diferentes comidas típicas de cada región, las canciones de cada tribu, el lenguaje que utilizamos, pudimos ver como esta conformada la naturaleza como se debe cuidar y que importancia tiene, como viven los indígenas su forma de vestir. También pudimos observar las armas que utilizaban lo indigenas para defenderse o para cazar.








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